EL ARTE EN LA GASTRONOMÍA.
La fotografía gastronómica ha transformado la experiencia de comer: antes de la llegada de Internet, se creaban fotografías para las editoriales y recetarios de cocina, siendo esto lo más cercano a la fotografía de alimentos y al food styling que conocemos hoy.
Luego, con la llegada de Internet, se desarrolló una visión mucho más amplia de la gastronomía mundial, permitiendo conocer diferentes conceptos de la buena comida, acompañados de estilos fotográficos, convirtiendo la comida en un arte. Y es importante decirlo, un arte que nace de la necesidad de darle valor narrativo a la imagen de los alimentos.
Cuando aprendes las bases de la fotografía, te enseñan el formato Bodegón de la pintura clásica renacentista, que ha inspirado a algunos pintores a crear cestas de frutas o escenas de naturaleza muerta que mostraban el gusto y la exuberancia de la cocina de la época. Con el tiempo, surgieron nuevas expresiones artísticas como el collage y la superposición, espacio donde empezó a introducirse la cámara fotográfica.
Con el transcurrir del tiempo, la fotografía gastronómica se integró al ámbito publicitario, que propició el surgimiento del estilismo culinario en los años 50, y allí surgió el arte de preparar alimentos y “estilizarlos”, solamente para ser fotografiados o inmortalizados en video.
Esta evolución vino acompañada de la evolución de la cámara fotográfica como herramienta de trabajo, después de muchos modelos de cámaras y avances tecnológicos, alrededor de 1975, por fin se populariza el uso de la cámara instantánea y su función en el medio artístico, dando lugar a toda una ola de creatividad dentro de la cual podemos incluir a un artista tan notorio como Andy Warhol. Quince años después, dentro de esta corriente artística, surge un movimiento llamado “Foodie”, término que se le adjudica a todas las personas que son aficionadas a la comida.
Este rápido recorrido sobre la historia de la fotografía gastronómica, busca reflejar una condición central: Que es a través de la fotografía y su profesionalización que se ha revolucionado la cocina durante los últimos 30 años, pues los grandes cocineros y chefs del mundo se han apoyado en ella para mostrar sus platos y el estilo de cocina que proponen, convirtiéndose en un Arte Culinario, lleno de imágenes, colores, texturas y formas que vemos hoy en casi todas las superficies: vallas, afiches, dispositivos móviles, computadores y tv. Si hoy pensamos en comida, en salir a comer o en un restaurante, la experiencia de comer va inevitablemente precedida de una fotografía. Y si la experiencia de la comida ha sido memorable, dicha experiencia, seguramente finalizará en otra imagen.
Instagram y Pinterest son de las aplicaciones más usadas como medio de inspiración y creación de nuevas obras gastronómicas. En este espacio se muestran las preferencias culinarias de lo que nos gusta de la comida, y diferentes interpretaciones de un mismo tema, usando como material creador los ingredientes de las recetas, acompañados de un equipo fotográfico que cada vez es más especializado.
¿Que debería hacer un buen restaurante para tener una buena comunicación ?
Un buen restaurante ha de tener una identidad visual, y esta identidad está conformada por varios elementos que son el logotipo, la paleta de colores , la tipografía, la iconografía, las texturas y finalmente, la fotografía; que es la primera conexión entre la comida y el comensal, y es el elemento vital que motivará a la clientela a visitar el restaurante o hacer un pedido a domicilio.
El plato lo resume todo, esa identidad del restaurante, la pasión del chef, la magia que hace que unos mariscos sean únicos y diferentes a los demás.
La magia de un buen fotógrafo está en captar la belleza y expresarla y hacer que entre por los ojos la promesa de una experiencia plena que se cumplirá en el restaurante. En la fotografía está la misión de enaltecer y mostrar las cualidades de ese plato; y esto se logra con una buena composición, la selección de los objetos que van acompañar la imagen, buenos ángulos y una iluminación expresiva.
Un proyecto fotográfico para un restaurante debe contar un equipo de trabajo profesional, entre ellos, la persona que realiza el estilismo de alimentos, cuya función es preparar los alimentos y darles un look apetitoso, conociendo la diferencia entre cocinar los alimentos para ser consumidos y cocinar para ser fotografiados.
Y para que la experiencia de la fotografía sea coherente con la experiencia con la comida real, la buena comunicación con el chef es indispensable, pues es quien conoce a detalle cada plato antes de realizar la sesión de fotos.En mi opinión el arte ha encontrado en la comida una forma de expresarse sin restricciones. Es la gastronomía un espacio de representación gráfico, conceptual e incluso, político y social . Y esto ha permitido ver a la comida no solo como el alimento que necesita mi cuerpo para subsistir, sino como un elemento de identidad cultural y artística que permite plantear múltiples realidades.